Columna de Ramón Domínguez - Portfolio Manager de MBI Inversione: Es importante una readecuación del porfolio tomando algo de exposición a deuda en pesos chilenos y reduciendo la duración.
Columna de Ramón Domínguez - Portfolio Manager de MBI Inversione: Es importante una readecuación del porfolio tomando algo de exposición a deuda en pesos chilenos y reduciendo la duración.
Continúa la dicotomía entre la realidad económica y los mercados de renta fija. Observamos que habrá grandes oportunidades de inversión, lo que contrasta con un 2023 que creemos que estará marcado por la profundización de la desaceleración económica, que comenzó durante el último trimestre del 2022 y que esperamos dure por lo menos durante los 3 primeros trimestres del presente año.
En contraposición al contexto económico nacional, el 2022 fue un año muy positivo para la Renta Fija local de larga duración y altamente indexado en la inflación (UF), la que obtuvo retornos sobre 23% en el año calendario en comparación a los retornos de duraciones más cortas (2 años plazo) con retornos cercanos a 11%. Y este año creemos que esta dicotomía continuará, con una reducción en la actividad económica que generará una contracción de la demanda agregada, principal factor de la inflación del 2022, que el año pasado cerró en 12,8%, la más alta en 30 años, producto de las transferencias directas y la contracción de la oferta global debido a la pandemia vivida entre el 2020 y 2021.
El año pasado, se generaron brechas que solo pudieron ser solventadas en base a aumentos de precios. Sin embargo, para el año 2023, un mix de menor actividad, base de comparación más alta, precios de energía menores y tarifas de transporte marítimo volviendo a la normalidad, impactaría en una normalización de los niveles de inflación, pasando del 12,8% que se registró el 2022 a niveles cercanos a 4,5% para el cierre de este año. Este nivel, aun estando sobre el rango del banco central de chile, se mantendría así principalmente por factores de indexación en la economía local.
De todas maneras, vemos ciertos riesgos, principalmente, dado que la economía local es extremadamente interconectada a la global, y porque seguimos viendo en muchos países una inflación alta, lo que podría ser traspasado a bienes locales. Bienes y servicios con precios fijados y no reajustados (transporte público) e IVA a servicios, que sería traspasado a precio.
Por otro lado, un evento adverso latente es el posible retiro de los fondos de pensiones, lo que en caso de prosperar derrumbaría cualquier efecto esperado para el año 2023 respecto a la reducción inflacionaria, generando un aumento de la demanda local y aumento de precios. Adicionalmente, la iniciativa que considera el autopréstamo propuesto por los Diputados, que, si bien fue rechazado en la Comisión de Constitución de la Cámara, está incorporado en el proyecto de Reforma de Pensiones (con más limitantes), lo que también generaría un efecto de menor impacto, pero de similar resultado, en los precios de bienes y servicios (inflacionario).
En este contexto, observamos que los eventos base para este año estarán marcados por la reducción de la inflación a niveles cercanos a 4,5%; la reducción de la TPM a niveles que convergen a fines de 2023 cercanos a 6%-6,5% y la normalización de la curva de rendimiento a una pendiente positiva medida que avanza el año.
Esto nos lleva a una duda, ¿cómo posicionarse este año?
Pensamos que es importante una readecuación del portfolio tomando algo de exposición a renta fija en peso chileno, pero sin perder de vista que el 95% de las emisiones locales son en UF. Cualquier sobre ponderación debe ser mesurada para alinearse a los retornos de mercado y considerar que los efectos de eventos adversos (retiros de AFPs y autopréstamos) son más perjudiciales en esta clase de activo.
Por otro lado, una reducción de la duración de la cartera de renta fija, con target de 2 años de duración. Esto permite alejarse de la renta fija de larga duración la que tiene incorporada escenarios positivos (TPM e IPC), aprovechar la inversión de la curva de rendimiento (retornos de corto-mediano plazo altos) y obtener ganancias de capital por la reducción de la TPM (que está altamente correlacionada a las tasas de renta fija de corta duración).
Finalmente, creemos que es momento de disminuir la exposición a renta fija HY local o de alto rendimiento. Esto en base a tomar en cuenta el ciclo económico actual, donde vemos que existen riesgos latentes para estas empresas de resultados corporativos menores a lo esperado, dificultados en refinanciamiento de deudas en bonos y/o pasivos bancarios, además de ser empresas relativamente pequeñas para poder financiarse en los mercados globales de deuda.
Columna de Ramón Domínguez - Portfolio Manager de MBI Inversiones