Columna de Carolina Grünwald - Gerente de Negocios de MBI Inversiones
Columna de Carolina Grünwald - Gerente de Negocios de MBI Inversiones
Los mercados han estado atentos a Brasil y a la notable resiliencia que ha registrado su actividad, con proyecciones de crecimiento que se han corregido sistemáticamente al alza. Piense usted que, a comienzos de 2023, se esperaba un 0%, cifra que actualmente ha escalado a más del 3%, el doble del crecimiento promedio registrado desde el 2010.
Según diversos análisis, la solidez de la demanda interna en Brasil, mayormente impulsada por el consumo, ha sido el principal factor detrás de los buenos resultados. Esto, en línea con un fuerte mercado laboral en el que la tasa de desempleo ha retrocedido a niveles previos a la crisis de 2015-2016, destacando en esta recuperación los sectores servicios y retail.
En cuanto a la política monetaria, Brasil (al igual que Chile) ya comenzó con su ciclo de recortes de Tasa de política monetaria, conocida como Selic, que actualmente está en un 12,75%. Se estima que la tasa termine este año en 11,75% y continúe bajando el próximo año hasta 9%, lo que beneficia la valorización de acciones.
Por el lado de la política fiscal, ha destacado la discusión y tramitación de un nuevo marco fiscal y de una reforma tributaria, lo que da cuenta de la búsqueda de una mayor eficiencia fiscal y una preocupación por estimular el crecimiento económico.
Con toda esta información sobre la mesa, es interesante revisar las valorizaciones de mercado. Al considerar el indicador Precio/utilidad (P/U) -métrica que evalúa la relación entre el precio de una acción y sus ganancias por acción- del índice accionario brasileño, Bovespa, surgen dos puntos de gran interés.
En primer lugar, el valor actual del P/U es de 7,9; muy por debajo del promedio histórico de 11,5. ¿Qué significa esto? Que está barato. Esta conclusión se mantiene incluso si excluimos del índice a las empresas Petrobras y Vale, que están vinculadas a los commodities.
En segundo lugar, si nos remontamos al 2016 observamos que la razón P/U también alcanzó un mínimo similar al actual. Sin embargo, el contexto era muy diferente: Ese año, la economía disminuyó un 3,3% luego de contraerse un 3,5% el año previo, la tasa de desempleo se encontraba en dos dígitos, lo ingresos fiscales caían y el ruido político era importante. Además, los precios del petróleo y del hierro, dos componentes esenciales para la economía brasilera, eran aproximadamente un tercio de lo que son actualmente. La única similitud fue que la tasa Selic llegó a 14%. A pesar de esto, el índice accionario rápidamente superó el promedio histórico durante el ciclo de recortes de tasas.
Estos factores son poderosas hipótesis que hacen pensar que Brasil presenta una oportunidad. Tanto por historia, como por las positivas perspectivas que se ven hacia el mediano plazo.
Publicada en El Mercurio